(CNN Español) — El Vaticano publicó este miércoles una serie de modificaciones sin precedentes para que los laicos —los fieles que no son sacerdotes— tengan más espacio en los asuntos eclesiásticos.
Hasta 70 de ellos podrán participar y votar en la próxima asamblea del sínodo de obispos que será en octubre. No es un número pequeño. Según los organizadores del encuentro, este grupo constituirá más del 20% de los presentes.
Además, la mitad de estos 70, por voluntad del Papa, serán mujeres. Hasta ahora, con algunas raras excepciones, solo los obispos podían votar en estas reuniones.
El sínodo de los obispos es un órgano consultivo instituido por Pablo VI en 1965 y, como su nombre indica, estaba integrado exclusivamente por prelados. Se reúnen periódicamente a pedido del Papa para tratar diversos temas, desde la situación de la Iglesia en la Amazonía hasta los jóvenes y la fe. El resultado final de estas reuniones es un documento sin ningún tipo de valor legislativo pero que sirve para medir cómo se siente un grupo cercano al pontífice ante una discusión. El Papa es libre de incorporar a su enseñanza las peticiones o reflexiones hechas por los participantes del sínodo. Puede prescindir de ellos si lo considera oportuno.
Los organizadores de la próxima asamblea dejan claro que este cambio introducido por el Papa no es una revolución, pero es un hecho importante porque de alguna manera hace que los laicos, y en concreto las mujeres, tengan una mayor presencia en la Iglesia jerárquica.
Al mismo tiempo piden prudencia porque este órgano, el sínodo, no debe equipararse a un parlamento. De hecho, el cardenal maltés Mario Grech, secretario general de este organismo, dice que es partidario de eliminar los votos que deciden qué incluir o no en el documento que se entrega al pontífice. La razón que alega es que este órgano debe parecerse más a una reunión que sirve para rezar, que para dictar reglas.